MEDIA MARATÓN DE SOMOSIERRA SIN DORSAL

Un día cualquiera, como el miércoles 20 de octubre de 2010, me encontré con Miss Pegassus por el msn. Y hablando, hablando..., salió el tema de correr, de los entrenamientos ¡qué raro!

Como las dos teníamos que hacer el domingo una tirada de 90' progresivos que nos había puesto Míster Miguel, decidimos hacerla juntas. Ya que íbamos a quedar, pensamos en hacer un encuentro inolvidable y, a Belén le surgió la idea, aprovechando que el domingo había carrera en Somosierra, de ir allí a hacer algún tramo no demasiado duro.

Y allí quedamos el domingo 24, en la salida de la carrera, sin saber muy bien lo que íbamos a hacer.

Antes de la Salida nos encontramos a Tibu y a Álex, compañeros y amigos del club Caprus y fuimos a tomar un café. Tras haber entrado en calor nos cambiamos y ya en la salida tuvimos el gustazo de saludar a la Reina de la Montaña Celina, a Beatriz, Carlos e Iván.

Ni sabía que íbamos a salir junto con los de la carrera. Cuando Belén me lo comentó, no lo asimilé bien jajaj, pero así fue. Al dar la señal, tomamos sendero y PARA DELANTE!!

Comenzamos a subir. Hicimos 6 km hasta el primer avituallamiento. Fuimos andando-corriendo pues no eran cuestas lo que había, eran CUESTONESS en picado. La impresión que me dio cuando vi tanto cuestón nunca se me olvidará. Los cuádriceps no me han picado nunca tanto como en esta carrera, pero siempre está la opción de parar a andar cuando se ponen en el punto de no responder. El picor además era compartido con todos los participantes que subíamos como podíamos. Durante la subida, el ambiente era muy cercano con l@s demás, nada que ver con una carrera de asfalto. Íbamos charlando, riendo, apoyándonos y cuando las piernas ya habían recuperado un poco, se volvía al combate.

Al llegar al avituallamiento, no sabíamos si continuar la carrera o desviarnos por un camino por donde pasarían los primeros, para luego dar la vuelta, porque nuestro plan de un principio era hacer 90'. Así que, como fuimos un poco "a lo loco", decidimos seguir con el plan de hacer los 90' por si hacer la carrera entera podría suponer un sobreesfuerzo.

En el avituallamiento aunque íbamos sin dorsal, nos trataron muy bien, como al resto de participantes, ofreciéndonos de todo lo que tenían: plátanos, bebida isotónica... Se lo agradecimos y continuamos. No bebí nada en toda la carrera, no lo necesité.

Al salirnos de la misma, fue INCREÍBLE. Estábamos casi en lo más alto, solas. El paisaje era de mucha niebla con un silencio envolvente que solo la Naturaleza te puede dar. Me entraron ganas de parar, sentarme y contemplar el paisaje... Es lo q suelo hacer cuando cuando hago senderismo y veo un paisaje que me gusta. Pero ese día había ido a correr.

Durante la carrera Belén me estuvo ayudando muchísimo dándome algunos consejillos para correr por montaña. Ella está habituada a correr por ese terreno y ¡cómo se la nota! Casi todas las cuestas las hizo corriendo con pasitos cortos y sin levantar apenas rodillas. Algunas cosas que me comentó es que levantaba mucho las rodillas en las subidas, por lo que de este modo, gasto mucha energía... Lo tendré siempre en cuenta. Y las bajadas no se me dieron mal. Fueron increíbles. La subida pica, pero luego con las bajadas se disfruta un montón, parece que vas volando!! Y cuando viene otra cuesta, los cuádriceps ya no pican porque no los sientes de lo calientes que están.

Las sensaciones bajando son indescriptibles. Me di cuenta, de hay q tener cuidado y hay q bajar rápido pero observar mucho al cuerpo y por donde pisas... la zoma lumbar en especial u otras se pueden resentir. Rápido pero con control.

Al final casi nos hicimos la carrera entera. Fueron dos horas (unos 17-18 km). Nos sorprendimos al darnos cuenta de que la podíamos haber hecho entera, y más yo al no estar acostumbrada a correr por ese terreno.

Correr por aquí es irte llenando de un montón de cosas, de Naturaleza, de vida..., de sensaciones que vas saboreando: la calma, el olor a pino al respirar, el sentirte en lo alto alejada de todo ruido q el estrés de la ciudad te da, el canto de los pájaros, los saltos por las zonas de barro y agua... y que te llevas por siempre.

Ha sido inolvidable y maravillosa esta experiencia de la mano de Belén. La montaña me ha cautivado, es el terreno donde más me siento yo, lo vivo. Aunque, no voy a hacer muchas más carreras por la Naturaleza puesto que no tengo preparación. Mis salidas por ella serán para ir a andar, pero sí que planificaré entrenamientos por allí y quizás me apunte más a la larga a alguna pero menos dura y con menos cuestas, aun tengo q controlar más el asfalto.

Podrá no haber maratones, pero siempre habrá corredores y, para mi, el verdadero corredor es el que, día tras día, espera con la fe de un novicio el renovado encuentro con la naturaleza, sin mas premio que vivir la armonía del cuerpo al escuchar sus pisadas sobre las hojas muertas, abatidas por un chubasco otoñal..Podrá no haber carreras, podremos no competir, pero a estos paraísos cercanos podremos volver siempre. ¿Qué importan los tiempos, las marcas ni que no hayamos sido campeones?” (Toni Lastra)